Este juego es una versión más difícil que el solitario de carta blanca. La única diferencia es que en este juego las cartas se ponen en orden descendiente por palos, mientras que en carta blanca se ponen en colores alternativos. Primero, se reparten todas las cartas entre las 8 pilas del tablero. El objeto del juego es mover todas las cartas a las 4 fundaciones, donde deben apilarse por palos de la A a la K. Las pilas del tablero también pueden apilarse de la K a la A con cartas del mismo palo. Solo se puede mover una carta a la vez. Los cuadros vacíos del tablero pueden ser ocupados por cualquier carta. Hay 4 espacios de reserva que pueden utilizarse para poner 1 carta en cada uno. El truco es el mismo que en el juego de carta blanca: necesitas crear pilas del tablero vacías y dejar tantos espacios de reserva vacíos como puedas. Mientras más cartas muevas a las fundaciones, más alta será tu posición en la clasificación.