Al inicio de la partida, se reparten 10 montones del tablero con 3 cartas cada uno. Las 2 cartas a la cola de los montones están cubiertas. Solo la carta superior está descubierta y disponible. El resto de cartas forman el mazo. El objeto del juego es mover todas las cartas a los cuadros de las 4 fundaciones (superior derecha), donde deben apilarse por palos de la A a la K. Los montones del tablero se construyen hacia abajo desde la K a la A alternando los colores. Se puede mover cualquier carta descubierta de un montón del tablero, junto con todas las cartas apiladas a ésta, a otro montón del tablero. Las cartas del mazo pueden descubrirse una a una y pueden moverse a los montones del tablero o a las fundaciones. Las cartas del mazo solo pueden repartirse una vez y después no vuelven a repartirse. Un cuadro vacío del tablero puede ser ocupado por cualquier carta. Con buen ojo y un poco de planificación, este juego debería ser fácil de ganar. Mientras más cartas pongas en los montones de las fundaciones, más alta será tu posición en la clasificación.